Infancia frágil,
de dudas, de miedos,
de orgullo.
Fuiste pluma de
flecha
surcando cielos
inalcanzables,
lejos de aquel
pupitre tatuado,
de aquel grito
ahogado.
Infancia frágil,
verde, repleta de
sueños y estrellas.
Fuiste espada de
madera,
escondite y reloj
quebrado.
Sensible a la lluvia
ardían tus pupilas y
tu garganta.
¿Quién te supo abrazar?
¿Quién susurró que no
somos iguales?
¿Quién te rescató?
Infancia frágil,
alma solitaria,
rebelde, castigada,
atrapada,
buscando siempre una
aventura, un tesoro, un amor,
un rayo de luna que
te hiciese escapar
de la rutina, de lo
normal.
Infancia frágil,
confundida, perdida
por no encajar,
pero decidida a no
ser una más.
Fuiste curiosa,
inconformista,
exigente con la
respuesta.
Aprendiste ideales de
sus versos,
pasión de sus labios,
sensatez de su olvido.
¿Quién te supo mirar?
¿Quién te escuchará?
Mira al cielo, niño,
respira,
porque un día,
un día como hoy,
todo tendrá sentido,
y sentirás el cálido
abrazo de la noche.
Ahora, eres feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario