sábado, 22 de octubre de 2011

Carta de despedida






Querida Tú:

Hace tiempo que intento escribir unas líneas que puedan reflejar la realidad que hemos estado intentando disfrazar o no hemos sabido realmente ver. Antes que nada quería darte las gracias por todo lo que me has enseñado y los mágicos momentos que hemos pasado juntos y me has regalado. Dicen que la belleza de las cosas reside en que todas ellas tienen un final, pero ojalá no fuese así, ojalá todo fuese eterno y hubiéramos sido capaz de aprender de nuestros errores. Me gustaría que entendieras como me siento, como si hubiese estado escalando la cima más alta del mundo y hubiese tropezado casi llegando al final, como por una broma del destino, precipitándome así al vacío. Todavía sigo cayendo y sé que son tuyos mis últimos pensamientos. He intentado hacerme creer que todo va bien, que sólo es un temporal y vendrán días mejores, que todos tenemos nuestros días de pasear entre la soledad del bullicio, escuchando alguna canción que te recorre como un escalofrío cargado de nostalgia. No es justo para ti, y hoy quiero serte sincero. No podemos seguir así, tú creíste un cuento de hadas, y me hubiera gustado saber ser tu príncipe azul, pero me temo que de los cuentos sólo conocemos una parte de la historia, y el único contra el que debería luchar para poder salvarte es contra mi mismo. Creo que hemos estado viviendo en un sueño, y realmente era un sueño, pero como todo sueño es hora de despertar antes de que sea demasiado tarde. Con el tiempo vivirás otros momentos y el sol volverá a salir, yo me iré lejos y llevaré conmigo tu recuerdo, tu perfume, y tu mirada. Algún día, espero que pronto, volverás a reír como lo hacías antes, antes de que tu sonrisa se empañara de lágrimas y de sueños imposibles. Conocerás un buen hombre que te devolverá todo lo que conmigo perdiste, y mis cartas, mis canciones, mis huellas debajo de una manta, se borrarán y volarán como polvo que desaparece en el horizonte. Y vaciarás de recuerdos los cajones de tu corazón.

Tal vez nos equivocamos, pero nadie podrá quitarnos lo que hemos vivido, a pesar de que nada fue lo que esperamos, de que el deseo no se hizo realidad, de que el sueño acabo y al final despertamos…jamás te voy a olvidar. Intenté que fuera algo diferente, algo especial y creo que lo conseguiste, sólo tú hacías los días como si fuesen los últimos de la tierra. Guardaré bajo llave nuestras canciones y silencios, así siempre estaremos juntos. Y no sé, puede que algún día quizá nuestras vidas se vuelvan a cruzar, sería bonito verte de nuevo, pero no aquí ni ahora, porque nuestro momento pasó, y este mundo no está hecho para nosotros. Ahora tengo que irme, pero estarás bien, lo sé, siempre has sabido salir adelante. Te echaré de menos.
Cuídate.




SANTIAGO DE HEVIA


Adiós.
                           

No hay comentarios:

Publicar un comentario