domingo, 14 de octubre de 2018

a mi Tierra





GUATEMALA
Una canoa cruza el lago 
arañando la superficie 
como aviones rasgan el cielo, 
con la impulsividad de un enamorado
y la dulzura de un último beso. 

El inspector me invita a su mesa con un solo gesto, 
Brinda conmigo. –ordena. 
Maldijimos a todas y
nos enamoramos de todas en un solo sorbo. 
Bebimos, comimos, fumamos en pipa,
con los ojos caminando hasta el muelle, 
ahí, donde un coronel arrojó su corazón. 

¿Fue por una mujer? –pregunté
Siempre es por una mujer –respondió abatido.
Ten cuidado –me advirtió, 
-Porque tienen más poder que el influjo de la luna, 
la mirada de Medusa o la almibarada voz de la sirena.  

Sin dormir y con resaca, puse rumbo a la selva,
a lo profundo de la memoria, 
donde animales salvajes nunca vistos, 
guiaron mis pies al templo.
Una pirámide de plata y raíces, 
donde ni altura ni náuseas, 
turbaron mi sueño, 
sentirme vivo mil siglos atrás. 

Tikal, en el albor de tu intimidad, 
te desprendes de toda huella, 
de tu vello liquen, 
y tocas el cuerno, cuyo eco resuena
por encima de las copas y la bruma, 
volviéndote místico, eterno 
y oscuro.  





BELICE
Mirada inmaculada, turquesa,
sin sombras ni recovecos, sin fantasmas ni oscuros deseos,
rozaste mi alma gris y herida,
un alma perdida, llena de cicatrices y costras,
cubierta de polvo, de barro y resina.

El aguacero se detuvo,
salté desde la rueda del tractor al silencio,
y vi tu armoniosa pradera,
cada brizna contoneándose al viento,
como palabras bailan en la imaginación del poeta.

¿Quién corre a traerte galletas recién hechas de mamá?
Sólo un ángel caído del cielo, cubierto de plumas y pecas.
No lo merezco.
Y te alejas de nuevo hacia tu mundo bajo tierra,
mecido por el ruido del motor.

¿Dónde hay una heladería? Le preguntas a la noche,
con los rizos negros devorándote.
Y sin suerte, regresas a Ricky’s
donde bajo un cielo estrellado desde la hamaca
sueñas con petos vaqueros, carretas,
sombreros de paja y palomas sin nido. 



MÉXICO
Te abres en canal
floreciendo guirnaldas de tus heridas.
Linda tierra de luto y fiesta,
enchilada por el ardiente beso de La Catrina,
embriagada por húmedos sueños de tequila y sal.

Cubriste mis ojos con tu paliacate azul,
y rozando tu sonrisa me siseaste:
¡sssalta!
La tentación de morir por ti era,
sorprendentemente cautivadora,
pero unas plumas me envolvieron en el aire.

Y ahí estaba,
bajo una ceiba sagrada,
la princesa maya de mirada ambarina,
tez dorada y una trenza infinita y perfecta.

Mis manos fueron puestas en su vientre,
cálido como sus ojos.
Unos ojos profundos como cenotes.
Y sentí su respiración volando bajo el océano,
surcando los siete colores de la laguna.
 
¿Quién eres? Me atreví a preguntar,
antes de sentir sus fríos colmillos sobre mi cuello,
y caer dormido.     

¿Quién sssoy? Siseó nuevamente,
abrazándome con su cuerpo escamado y turquesa.
Soy tu instinto más primitivo,
tu Yo más honesto.
Soy tu intimidad. 



TANZANIA
Anoche tuve un sueño.
En una tierra lejana,
cientos de miradas me sonreían
con sus perlas blancas
y sus negros rostros.
Rostros cubiertos de cicatrices y esperanzas.  

Karibu
Escuché que susurraba el viento ardiente,
y los tambores vibraron en la superficie de mi piel,
como el batir de alas de un hada.
Discreta y peligrosamente dulce,
incitándome a sorber el elixir de la tranquilidad,
del ya pasará,
en mitad del indómito río desbordado.     

Y lo cierto es que todo pasa,
menos los recuerdos de tu desnudez,
las huellas sobre tu virginidad perenne
y el sudor resbalando sobre mi frente.  

Sin aliento, contemplo el amanecer que me brindas
y unas lágrimas se esconden heladas tras mis ojos.
Ahora veo lo que tú ves, Ngai
Ahora siento al león que habita en mi pecho
atravesado por la lanza del guerrero Masái,
su último rugido,
su perpetuo silencio,
la grandeza de su soledad. 



TURQUÍA
Rostros diferentes bajo un mismo cielo, 
te abres como la castaña al fuego, 
generosa y risueña. 

Sobre el Bósforo, las gaviotas
persiguen el éxtasis del derviche atormentado. 
Poséeme a mí también, 
de cuajo y sin dilación. 

Poséeme bajo tu cúpula, 
sobre tus alfombras y tus versos. 
No te amilanes Estambul inquieto
y cúbreme con la miel de tus labios
con la mirada de tus ojos color pistacho. 

Cientos de ladrones en globo
echarán el vuelo para robarte la estrella y la luna, 
pero ese no es tu tesoro. Ingenuos. 
Tus secretos se esconden bajo tierra, 
en las grietas de tu cuerpo, 
en tus chimeneas, en la roca hecha lienzo. 

Cierro los ojos y tu estruendo me apacigua, 
tus silencios en flor, las heridas de la insensatez, 
son sólo reflejos de un alma viva.  



RAPA NUI
Iorana, dijo la tímida niña
ruborizada por los rayos del sol,
despeinada por el viento.

Tus ojos de obsidiana esconden cientos de olas de mar,
mil atardeceres.
Tu cabello,
un hibisco blanco como un cuarto creciente de luna.  

Niña, que te gusta bailar con guitarras ajenas,
que caminas descalza por la isla,
que alimentas tortugas con pan,
no tengas prisa
que fuera sólo hay tormenta.  

Niña, sin padre, ni hombre,
que enterraste tus pies y tu miedo en Anakena,
que tu vientre es un volcán, ombligo de la Tierra,
no desvíes la mirada y echa a correr
libre como el vuelo del Tavake,
como el azul de algún bostezo.

Huye de las miradas de las rocas,   
que devoran tu fragancia, tu intimidad, tu inocencia,
y busca refugio en la solitaria orilla,
donde sólo una mujer está segura.
Dios te salve, niña mía.



CHILE
Espada de fuego,
con tu filo arañas versos sentidos,
 la arqueada espalda de Matilde,
sus latidos, sus rizos,
la confesión de un niño y un sueño,
vivirte.

Creciste enamorándote de la lluvia que cubre los viñedos,
desbordando tu poesía
desde la provincia hasta el océano.
Hoy, no hay ola que no te pronuncie,
flor madreselva que se marchite.
Hoy, tu voz y tu recuerdo cantan:
siempre es ahora.

Bajo un manto de estrellas,
tantas como dudas,
se amaron a duelo las montañas del desierto,
y rosas de sal echaron el vuelo
interrumpiendo su cortejo.

El sur, aún más desierto todavía, y más frío,
   rebosa vida salvaje,
 ñandúes, guanacos, pacen tranquilos  
en las llanuras protegidas por la princesa Mapuche.

El glaciar se resquebraja por tu ausencia,
y casquijos de luz flotan hasta la orilla negra para fundirse.    
Eres indomable,
inquietantemente preciosa,
como los pensamientos del poeta en la Chascona,
prohibidos,
dulces, agrios,
y tristes.     



GRECIA 
Origen del pensamiento, de mi cultura.
Preguntas que se arrojaron al universo y no hallaron respuesta,
sólo palabras que te abrazan de miedo.
Sentirse perdido y amar esa agonía,
el gozo de la incógnita.

La luna llena baña de oro 
las tristes piedras de la Acrópolis, las consuela,
conmovida por la bella tragedia, que asola el Alzheimer
de Cariátides soportando la indiferencia del mundo, la eternidad.
Cerbero defiende su infierno persiguiendo mi sombra en la noche,
me devoraría si muestro coraje.

A salvo, la ciudad se desnuda.
 Músicos, gyros y tesoros, me envuelven seduciéndome.
¿Son éstas las semillas de granada de Perséfone?  
Mil cuerdas de cítara susurran tu nombre,
diosa de la guerra.

Encordado a tu cintura,
trato de descender del Olimpo.
Tus besos están reservados,
no te merezco,
nadie lo hace,
sólo soy un vulgar ladrón. 



PERÚ
En las entrañas de América
se encuentran los restos de un Imperio;
su reloj de sol, sus terrazas,
sus voces grabadas en piedra.

Dejo marchar al turista,
me refugio bajo el atardecer sobre tu mejilla,
contemplando la nariz que respira.
  El cóndor pasa,
la niña se aleja,
pero tú aun sigues aquí.

Es mágico que sigas esperando,
entrañable como la catarata que nubla el iris,
la cicatriz de un beso,
desvelarme por ella.

En Cuzco bebí y comí de tu pisco y tu cuy,
adentrándome en el amanecer de los antiguos dioses Incas.
Viracocha me desnudó y, Mama Cocha
lavó mi cuerpo y me enjugó.  
Así es como fui bautizado de nuevo
en la religión del agua y la tierra.     

Y entonces me vi mecido sobre tu vientre
en islas flotantes de totora,
con el universo hecho infinito
reclutando estrellas que se elevaban de una hoguera,
vencidas por el sueño.

Eres inmensamente poderoso Imperio,
y no por la fuerza entumecida,
sino por la belleza aterida. 



CUBA
Una ligera brisa salobre alivió mis arrugas,
limpió mis heridas 
y besó unas afiladas manos temblorosas.

La espuma borró las huellas de playa Girón,
pero cada ola aún trae nombres, recuerdos, silencios.
 Y la estrella seguirá brillando,
en cada trazo, en cada acorde, en cada verso,
sin menguar,
rescatando un ideal,
la promesa de no arrodillarse.

El apóstol Martí te amó,
como a las negras piernas de María,
como el habanero al malecón,
sin urgencia,
saboreando tu alma mestiza,
mitad fuego, mitad canción.

¿A quién temes?
Si nadie es capaz de apagarte,
si resplandeces en mitad de la tormenta,
bajo el cálido aliento de Yemayá escudriñando tus costas.

Desborda mi vaso de ron y brindemos.
Brindemos por aquellos que no están y jamás olvidaremos.
    Brindemos por tu gente,
por su oscura piel y su alma transparente.
Brindemos por los bailes en las plazas,
 por su risa y su locura.
Brindemos por la lucha
por la más guapa de la escuela…
hasta la victoria siempre. 



RUMANÍA
Sucedió bajo el miasma suspendido a ras de suelo
sobre cráteres de alquitrán que engullen perros perdidos y asustados,
entre sombras de árboles inertes que enmudecen y se retuercen en la noche.

El viento soplaba con toda su furia,
tratando de empujarnos al abismo.
Transilvania nos daba la bienvenida,
nos desafiaba.

El triste balido de Miorita nos despertó,
la misteriosa presencia se había disipado,
era un nuevo día
y el sol nos abrazaba.

La belleza de lo extremo,
la simplicidad del agua, del bosque,
el encuentro de cuerpos desnudos y marchitos
del frío de los Cárpatos.
Sinceridad sin filtro,
desprendes color, vida.

Tras los muros de Bran,
regreso a la comida callejera;
olor a canela,
adoquines irregulares,
ebrios trovadores de vino ardiente…
¿Cuándo estoy?
Qué época tan embriagadora.

Quiero suspirar cobijado por la piel de oso
frente a la chimenea,
perdiéndome entre tus páginas desgastadas,
olvidando que un día existí en otro tiempo.   



EGIPTO
Come conmigo, amigo
bebe, fuma. Dijiste
Y la virtud arrancó la duda,
tu nobleza te hace inmensa.

Fue pisarte y emocionarme,
contemplar la belleza de ser humano,
de ser limpio,
en tu alma y tu arena,
en aquello que no se ve,
que no quieren ver.  

Tesoro de soledad sin ruido ni tiempo,
desnuda para mí,
llevo una vida esperándote
y eres mucho más,
eres mi fuego y mi sed,
mi éxtasis.   

Cuánto Ego tengo,
y como me excito al verme en ti.
Atravesándote,
deslizándome por el Nilo,
por tumbas, oasis y desiertos.

Sobre papiro dibujo tu nombre y el mío,
los confundo.
Fue una bella aventura,
lo dimos todo,
fuimos todo.

Arde el sol,
gime el loto al abrirse,
grita la esfinge 
arañando con sus garras mi carne.
Fuimos todo,
lo dimos todo.  



DUBAI
Aire que derrite el hueso,
la respiración,
emerges de las entrañas de la Tierra
como palomas abrasadas,
como lágrimas del desierto.

Recorren tus arterias de hielo y oro
sin amargos recuerdos
sin el sueño de Casandra.
Ahora existo
con el deseo del niño
donde todo es posible,
lo hago posible.

Y unos labios de plástico besaron mi frente,
sus dedos de alambre me rozaron.
No te noto el pulso,
No te estremeces,
¿vives?
¿tropiezas?

Cae el telón,
la noche te encierra,
y desafiando a las estrellas
aguijones de plata palidecen de frío.
No palpita tu pecho,
no se eriza tu piel,
¿duermes?
¿tiritas?


NEPAL
Cuna espiritual,
iluminación intravenosa,  
abrazas todo ser,
colmas cada rincón de mi cuerpo.

Hay tanta bondad que atraviesas.
Tanta humildad que me haces cobarde e irrisorio.

Tu pureza te hace grande,
  haciéndole sombra a la madre del universo,
a las ocho cumbres del Himalaya, 
bajo el suave paso del Sherpa.

Y flotando como una plegaria al viento,
a ras de los elementos escribes mi silencio,
 en la espiral del rododendro,
en la rígida mirada de la estupa.

Eres una, y no soñé otra.
Me diste alas en el Khumbu,
me diste piel en los callejones de Thamel.
  
Eres una,
primer amor,
salvaje
quieta
Eres muerte y eres vida
Eres armonía



INDIA
Tu humanidad sincera quebró mis huesos,
agotó mi aliento.
Tu sol y tus manos,
moldearon el barro de mi alma,
extasiado de sentirme tocado
por la crudeza de tus ojos. 

Desgarras en dos mi ingenuidad
como adolescentes atropellados por descubrirse.
Así te recuerdo,
tan bella que dueles,
tan irreal que existes.

Existes en
la posibilidad de dormir en un vagón de tren,
Existes en
la luna sobre la roca sagrada de Hampi,
en las aguas doradas de Kerala,
en la arena maldita de Goa.

No me dejes escapar,
tenme cautivo en tu reinado,
porque contigo fui invencible,
porque mi castigo fue partir.

Vuelve a negarme con la cabeza
para decir sí
y mañana nos veremos
bajo el anaranjado terciopelo.



COREA DEL SUR
Atravesando el Han
llegué a los jardines secretos,
ocho monos me esperaban
protegiendo el sendero
hacia el templo sagrado.

árboles vivos,
sabores lejanos,
escalones
y la visión del destino,
el reflejo de lo que sería un día.  

Luz de velas, flores y ofrendas,
me inclino a ti,
no a tu creencia ni tu ser,
no a la probabilidad.
Me inclino ante la leyenda,
a mi extrema soledad.
 En ella yo respiro.



MARRUECOS
Llama el canto a la oración
la poesía de una viuda
que aguarda la noche del destino,
sin velo, desnuda,
libre como el aullido del laúd.

Sus ojos profundos
de negro escorpión
la envuelven
haciéndola eterna.

La luna menguada como un arañazo al vacío,
acecha unos pies descalzos
entre el palmeral.
Qué testaruda. Observas
  Las estrellas van agrupándose
formando constelaciones,
figuras geométricas cargadas de vida,
de verdad.  
   
Y camino sin sombras, perdido
en los labios de Sherezade,  
hacia un horizonte naranja
entre dunas
susurros
y plumas.

Va saliendo el sol,
lloras,
sonríes,
y comprendes al instante
qué es el arte. 

Esto es arte.  



AUSTRALIA
Relincha su silencio,
su aliento tirita en la fría noche
bajo un sombrero de estrellas,
de infinitas hadas oscilantes.

El arrullo de las olas adormece
al febril adolescente que huye
con el coraje incandescente
lejos de la rutina,
tan cerca de la vida que
roza la muerte, la mira.

Tambores estremecen la tierra,
vibran los guijarros, las pisadas,
el polvo rojo de sangre aborigen,
mientras el nigromante
oculto en la sombra del Uluru
graba enigmas entre sus estrías.

Beso dorado,
lágrima de plata,
tus caricias me hacen creer que he soñado,
abrazando una hoguera, devorando lo cazado.
Y yo fui yo, por fin
y también fui tú. 



FILIPINAS
Hija del sol de oriente,
virgen como la lluvia,
pura como la espuma que abraza tus islas,
tus besos robados mientras dormías.

Reconozco tu voz, tus palabras,
pero no estoy en casa,
estoy en un jardín de dioses,
embelesado y embriagado
de tu dulzura.

¿Dónde te escondes maganda?
¿Quién quiso herirte de frío?
Déjame volver
y estrellar mis labios en tu vientre,
en tus tres vientres en flor;
dormir sobre tus cementerios,
  despertar en tus playas solitarias e inmensas.

Y recorreré tu arenosa piel infinita
bajo la sombra de las palmeras.
Y sumergiré mi alma y mi pasado,
  en el almíbar de lo incierto,
la cicatriz escamada.

Allí te encontré,
dibujando luciérnagas en el cielo,
   corriendo a través de la noche.
Y una luna más te extraño,
y una luna más te abrazo en el recuerdo,
te sueño,
te espero. 



ESCOCIA
No existe un corazón que lata más fuerte,
ni mirada más libre,
que Alba vestida de rosa púrpura
descalza y desnuda.

Fuego desprenden sus ojos,
capaces de arrasar las Highlands enteras.  
“¡Nadie me ofende impunemente!” gritó ella.   
Y apretando sus dientes y puños
desafió al tirano,
con la valentía de un dios
y la crueldad del diablo.

La melodía prohibida de una gaita
hizo eco en las colinas,
los clanes apuraron su whisky,
y se pusieron en marcha hacia la batalla.

El cielo palideció,
y un gris plomo
ensombreció la infancia de James,
que voló hacia las estrellas para no crecer.
  
No fue el orgullo,
no fue capricho, ni poder,
fue anhelo,
fue un roce de utopía,
espejismo, un oasis muriendo de sed, 
un destello de Libertad. 



ALEMANIA 
Tus pasos se escuchan como tambores de procesión,
precisos y firmes,
esperando las 95 golondrinas,
que desafían la gravedad y el silencio.

Los topos recorren el suelo
agrietando las nubes para que entre luz.
 Despierta la música bávara,
sueñan los niños con aviones,
y la imaginación desbordante de los hermanos
nos evoca un pasado tierno,
dulce y arriesgado.

El estudiante se sumerge más allá del bien y del mal,
en las aguas del Danubio,
ávido de respuestas, de deseo.  
Y acaricia la piel de hierba,
la superficie de lo sensato,
el eclipse de su ombligo.

No hay seriedad en su sonrisa,
sólo risa,
sólo prisa,
sólo verdad. 



NICARAGUA
Una espina cruza tus montes
sumergidos bajo la niebla,
mientras el perro escarba en el barro
persiguiendo el canto del guardabarranco.

Niña de ojos pardos
que arrullas a tu estrella durmiente,
que olvidaste tus huellas de ceniza sobre el lago,
tu ternura me asusta,
tu dulzura me abruma.

¿Dónde huyó?   
¿A la selva? ¿Al Escondido?
¿A las profundidades del Cocibolca?
Y a tragos de flor de caña,
olvidará que arrancó tu infancia,
que enamoró tus mejillas.

Abrázame como hacías antes,
y duérmete sobre mi pecho.
Deja que te cante, y sueña,
sueña con el vuelo del sol,
con la escarcha y con la luna.



ESTADOS UNIDOS
Nadie puede arrebatarte la medalla del progreso,
nadie puede negarte el mérito de conquistar cumbre
mientras nos ajustábamos los crampones.

De pasado arrebatado y futuro vibrante
enarbolas la bandera de las naciones,
de la pluralidad,
con el pecho henchido de orgullo
persiguiendo cincuenta sueños de  estrella,
cincuenta ambiciones de grandeza.

Camino por tu avenida escuchando las voces de la Tierra,
de cada continente, de cada rincón.
No levantes muros que nos distancien,
pues otros aún siguen luchando
por su Independencia,
por su Libertad.

Y hasta que el ocaso llegue,
déjame entre los versos apasionados de Whitman junto al río,
 entre las calles de Philadelphia 
bailando en la oscuridad.
Pues no habrá rendición para nosotros,
sólo eternidad.



IRLANDA
La voz de la bella Molly
se esparce como hedor a mujer húmeda,
a manantial de tréboles y flores,
donde sólo se hace posible vencer la tentación
sucumbiendo a ella.

Dame un beso de espuma negra
en la más lúgubre taberna,
abierta en cada rincón del mundo,
cumbres, puertos, callejones y ruinas,
como un billete de vuelta a casa.

Y ebrio de felicidad 
al ritmo de música celta,
sueñas cortejar Isoldas de ojos verdes,
con un beso,
con un verso,
con un quizá. 



HOLANDA
El viento mueve las aspas de tu cordura
pintando girasoles asustados,
remolinos de estrellas.

El dulce olor a hierba
surca los canales de tu ingenio,
 y en trance bailas con delfines,
sirenas semidesnudas atrapadas en un acuario.

Quién pudiese escapar en bicicleta.
Quién enmudecer aquellos versos vivos.
Quién contemplar su retrato.

No eres sólo flores y molinos,
eres la paz sobre los puentes,
armonía, color,
eres bella en cada esquina,
eres aire que respira. 



INGLATERRA
El orgullo nació tras la muerte del dragón,
un reino de héroes y espadas,
de reyes y nobles campesinos.

Defensora de tradiciones 
y obstinada como el roble,
no flaqueas,
pues la lluvia te alimenta,
cubriendo de verde tus miedos y dudas.

Enarbola tu cruz y conquista
la mente de músicos y escritores,
genios que ya son eternos,
y disfruta tu victoria.

Bajo un cielo gris encapotado
brotan rosas rojas y blancas, 
una blanca... 
se escapó de los jardines de Kensington,
cuatro rojas de Abbey Road,
y su fragancia embelesa
desde el Támesis hasta el mar,
porque nada fue tan auténtico.   



PORTUGAL
Un océano embravecido azota tus acantilados,
besa tus dedos y tus pies,
tus piernas y tu olvido,
perfilando las líneas de tus labios.
La tierra se termina en tu cintura,
es el Fin.

Desde el cabo San Vicente sólo flotan gaviotas,
gritando tu nombre a ras del viento,
y una brisa salobre te llena de vida,
de aliento para seguir viviendo.

Hermana gemela, hermana íbera,
tan cerca y a la vez tan lejos,
 ¿Cuándo te di la espalda?
¿Cuándo te olvidé?

Ahora que te encuentro me enamoro,
de tus peces, tus fados, y tu espuma,
de tu Sintra, de tu Algarve
de tu alma mía. 



BÉLGICA
De la imaginación de Andersen 
surgieron tus plazas y tejados,
 de hielo y chocolate, de infancia y calcetines.

Te muestras distante, discreta,
ocultando un misterio
que el intrépido reportero y su perro
perseguirán sin resolver.

Vidrieras trémulas bajo la luz del candil,
pasadizos y notas perdidas de saxofón   
ambientan los efluvios de una librería,
la magia de bares oscuros,
de castillos sin pasarela ni dueño.

¿Quién pudiese despertar en Brujas?
¿Quién recorrer tu hermosa soledad?  



FRANCIA
Me abrazaste de noche y luz,
con olor a pan recién hecho,
a besos,
a invierno.

Palpitando con la melancolía de impresionistas,
vedettes y escritores atormentados durante la Belle Époque,
dibujas trazos perfectos,
como las orillas del Sena,
como los campos Elíseos de madrugada,
y colmas de belleza cada movimiento de la Tierra.

Porque fuiste revolucionaria,
dulce,
hogar de los exiliados,
amante del cuerpo femenino, el queso y el vino,
te admiro no por tus palabras,
te admiro no por tu exquisito refinamiento,
te admiro pues por ser sueño,
por ser inspiración. 



ITALIA
Entre callejones y pasadizos escondes tu historia,
emperadores, sacerdotes y amantes,
resucitan con las teclas del piano 
y los acordes de la mandolina.

Suena una música alegre de suspense,
la loba despierta un aullido 
y el Vesubio se estremece.
  
El sol no puede tener más luz,
y hoy te deseo como nunca,
entre canales, cúpulas y ruinas,
te deseo desnuda fina piedra, 
con tus secretos, con tus leyendas,
como el olivo a Minerva,
como enamorados en Verona.

Te deseo en tu arena, amada mía,
bajo tus pestañas,
bajo tu sonrisa.


SUIZA
Silencio en tus baldosas,
silencio en tu bruma abrazando las montañas,
las cimas de las iglesias y los campanarios.

Silencio en el plumaje de los cisnes
que surcan las orillas del Lemán
como veleros adormecidos por el vaivén de las olas.

Te fundes en el silencio de panes de queso,
de viñedos, de ancianos enamorados,
de tu cuerpo bañado en oro negro,
     que espera a ser devorado 
hasta romper ese silencio.



ESPAÑA
Nací de tus entrañas como un hijo renegón.
Entre azahares y lunas llenas me sosegaste.
Me alimentaste de arroz, de arte y de guitarra,
hasta enamorarme 
con el brillo de tu faro bajo las estrellas.

Oh pescador poeta,
que tus manos no descansan, 
que tus ojos se han vidriado,
canta tu protesta.

Canta ni por ti, ni por mí,
sino por los que han caído.
Y brinda por su memoria, por su dolor,
que cicatrice mañana la espina, 
que se una de nuevo su voz. 


SANTIAGO DE HEVIA

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