jueves, 27 de septiembre de 2018

Alma Ninja






La modernidad no le impidió ser clásica,
revolucionaria por aquel entonces,
pluma entre herrajes fundidos y plásticos hundidos,
tormenta de palabras desdibujadas.
Vagaba de conquista en conquista,
de estrella a estrella,
a la deriva,
sin rumbo pero despierta.

Piel coraza de dragón con polvo de hada,
incansable, asustada, decidida.
Hace soñar con un beso y temblar con una mirada.
Hace volar con la risa y tropezar con su figura.
Donde no es más dulce su voz que su silencio.
Donde no es más delicada la serpiente que su curiosidad.

Amiga, alma, musa,
sigue robando mis pasos y mi aliento con prisa,
como la ola es engullida por la arena.
Sigue incendiando reflejos de locura, de genialidad,
como el poeta escribiendo unos versos,
como Dios viéndote despertar.  



Santiago de Hevia 

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