martes, 21 de febrero de 2012

riesgo de vivir


Una vida vacía de errores, de peligros, no sería una vida.

Necesito sentirme vivo, necesito caer enfermo para saber que estoy sano, sufrir, desangrarme, y romperme el corazón para saber que puedo amar. Necesito vivir en el filo con la posibilidad de tropezar y sólo entonces será cuando realmente esté viviendo, caminar por la cresta de una montaña virgen, cruzar por medio de una carretera vacía de pasiones incontroladas, de una calle infestada de plagas que consumen escaparates y salir vivo y sin volverme loco. Necesito saltar de un autobús con alas de metacrilato, o de una roca bañada de espuma que recuerde el abrazo de un verano lejano.

El miedo sólo existe para superarlo, cómo podría sonreír sin saber qué es la tristeza, no se puede dormir tranquilo sin pesadillas. Te amaré porque antes dejé de amar a otras, y lloraré porque eso me hace ver que aun sigo siendo persona y me emociono o sufro. No quiero escapar del dolor pues con él sigo vivo, y si algún día me traicionas bajo tus mantas, el desengaño me hará saber cuanto te amaba. Bajo la lluvia disfrutaré de un día soleado, porque no hay luz sin oscuridad, no hay versos sin poesía, no hay silencio sin ruido, y en la ausencia de ti, te necesitaré, pues sólo en un mundo injusto brillan las buenas personas.

Fundiré un glaciar en el desierto, miraré de espaldas los espejos, cantaré sin voz y bailaré descalzo en una zapatería. Joaquín pásame de esas pastillas para no soñar, pues quiero consumirme en el hacer, dejar de dar vueltas sobre mí y echar a correr. Vivir sin cuerdas ni anclajes, pues la inseguridad del cauto sólo mantiene viva una vida carente de ella. Qué cubre un seguro de vida dormida en un sillón, no quiero paraguas contra la libertad, ni protecciones haciendo el amor. No hay mayor aspiración que vivir cada momento de tu vida con la presión que sientes en un primer beso, dejar escapar el sentimiento de estar vivo de un grito al reloj, dejar crecer el corazón hasta que rompa las costillas y morir con los ojos inundados de experiencias. Vive cada instante con todos los sentidos, acaricia la espalda de una mujer, respira el aroma de la tierra, piérdete escuchando el rumor del oleaje sobre el espigón, saborea cada gota de agua como cuando el rocío te besa de madrugada, descapota tu volkswagen y contempla las estrellas bailando enamoradas de ti. Y si tienes tiempo y ganas de compartir una locura, juega con los sentidos olvidando lo que son, bebe un atardecer bañado por arena y respira su fina piel.

No hay límites ni horizontes, el cielo y la tierra son una sola, jamás te condiciones ni aceptes un destino,pues en este mundo seremos quien queramos ser.


SANTIAGO DE HEVIA

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