jueves, 25 de octubre de 2018

Convite celestial


El siguiente relato no está inspirado en documentos históricos, ni respaldado por la comunidad de teólogos científicos expertos en la materia. Por ello, asumo la responsabilidad total de lo que va a suceder a continuación en mi imaginación. Pido disculpas de antemano por si mi relato llega a herir la sensibilidad religiosa de los aquí presentes. Nada más lejos de mi intención, que no es otra que soñar con las palabras. Deseo lo disfruten.







~ ¿Esto lleva cilantro? Preguntó Cristo escupiendo lo que llevaba en la boca
~ Todos los momos se preparan con cilantro, Jesús. Apuntó Krishna
~ Tío, sabes que detesto el cilantro. Renegó Cristo
~ Pues no haberlo creado. Agregó Makemake con una mueca
~ Yo no lo he creado, listo.
~ Pues yo he probado momos sin cilantro. Puntualizó Mahoma
~ Esos son los de carne. Intervino Shiva
~ ¿Carne? Preguntó Mahoma
~ Qué más da, siempre estáis igual, si no te gusta no te lo comas. Dijo Artemisa algo ofuscada
~ En serio, ¿qué carne? Volvió a preguntar Mahoma preocupado
~ Pues a mí me gusta. Dijo Buda mientras cogía otro
~ A ti, ¿qué no te gusta? Le espetó Isis
~ Anda, prueba esto. Le ofreció Quetzalcóatl
~ ¿Qué es eso? Preguntó extrañado Cristo
~ Se llama Tamal.
~ No, a mí no me deis cosas raras. Dijo Jesús rechazando el ofrecimiento
~ ¿Qué defines por raro? Dijo Isis lanzando una de sus muchas preguntas retóricas, en ocasiones algo pesadas
~ ¿La hoja también se come? Preguntó Buda
~ No, la hoja no, sólo lo de dentro. Aclaró Quetzalcóatl
~ ¿Ibas a comerte la hoja? Dijo sorprendida Artemisa que no salía de su asombro
~ No sé, igual es como el sushi. Se defendió Buda
~ Eso no es para nada como el sushi, ¿vale? Intervino Isis
~ Shiva, ¿tú que has traído? Dijo de pronto Makemake
~ No sabía que había que traer algo. Respondió
~ ¿Habéis probado mi moussaka? Está exquisita, es mi especialidad. Apuntó Artemisa
~ ¿Esa es tu especialidad?  De nuevo Isis
~ Si lo sé… os transformo el vino en agua. Dijo Cristo algo irritado
~ Por mí no te cortes. Reprochó Mahoma
~ Tengamos la fiesta en paz, chicos. Trató de tranquilizar Artemisa. Vamos a disfrutar de…
Antes de que pudiese terminar, dijo Isis al oído de Makemake
~ ¿Dónde era la fiesta?


El banquete en una mesa blanca y ovalada, ofrecía manjares de todos los rincones del mundo, aunque el cilantro fuese el ingrediente estrella y a Shiva se le hubiese olvidado traer siquiera el naan, nadie se quedaría con hambre. De todos modos, el motivo de tal encuentro no era una simple degustación internacional, sino un asunto peliagudo, extremadamente complejo, que requería la presencia y la intervención de nuestros divinos invitados… el ser humano se estaba volviendo loco.


~ Yo no pienso volver a bajar. Sentenció Cristo
~ La cosa no acabó bien. Puntualizó Isis
~ Algo tendremos que hacer. Intervino Krishna
~ Debería ir Makemake, que ya va siendo hora. Propuso Mahoma
~ De ese yo no me fio, que siempre acaba misteriosamente en su isla poniéndose negro. Objetó Shiva
~ Es para impresionar a Mama Cocha. Agregó Isis
~ Yo puedo ir amigos, el mundo necesita amor y paz.
~ El mundo no necesita más hippies, Buda, necesita cordura. Esta vez habló Artemisa
~ Baje el que baje van a acabar haciendo lo que les da la gana, como siempre. Intervino Quetzalcóatl
~ Esa es la actitud, a eso lo llamo yo ser positivo. Ironizó Isis
~ ¿Y si hacemos uno nuevo? Propuso Makemake
~ ¿Uno nuevo?, ¿un nuevo planeta? Válgame Dios. Suspiró Artemisa
~ ¡DIME! Respondieron al unísono
~ ¿Y por qué no bajamos todos de golpe? Sugirió Cristo
~ Esos son capaces de lincharnos a todos a golpes. Comentó Quetzalcóatl
~ O peor, encerrarnos a todos en un reality suyo de esos. Dijo Krishna
~ Jesús, ¿por qué no envías otra vez la paloma? Propuso Isis con una sonrisa diabólica
~ Cómo te pasas, tía. Cortó Afrodita
~ Las catástrofes naturales ya no surten efecto. Intervino Quetzalcóatl
~ Que daño nos ha hecho el cine americano. Añadió
~ Yo a veces me planteo si no son reales, si sólo son una ilusión. No es posible que después de tantos años sigan a la suya. Se sinceró Shiva

Hubo un breve silencio

~ ¿En qué momento se nos fue de las manos?  Preguntó Krishna
~ Su problema es que creen que no van a morir. Señaló Quetzalcóatl
~ Son unos desagradecidos. Corrigió Isis malhumorada
~ Serían más felices si lo supieran. Prosiguió Quetzalcóatl
~ ¡Tengo una idea! Dijo de pronto Mahoma

Todos aguardaron

~ Podríamos decirles el día de su muerte. Propuso
~ Lo que yo decía. Puntualizó Quetzalcóatl
~ La gente haría lo que realmente quiere hacer, aprovecharían cada segundo. Continuó Mahoma sin prestarle atención
~ ¿Soy yo o no suena del todo descabellado? Contempló Artemisa
~ Éste, desde que come carne está de un ingenioso. Comentó Isis
~ ¿Y quién se lo dice?  Preguntó Krishna
~ ¿La paloma? Apuntó Isis
 ~ Déjame tranquila la paloma. Rechazó Cristo
~ Lo siento, yo veo lagunas. Objetó Shiva
~ Si se lo decimos, vivir va a perder toda la gracia. Prosiguió
~ Yo, si sé que voy a morir dentro de 30 años, saltaría a un volcán en erupción. Expuso Makemake
~ ¿Por qué quieres saltar al interior de un volcán? Inquirió Artemisa preocupada
~ No quiero, digo que si fuera humano… da igual.
~ Es que por eso decidimos crear el día y la noche, para que fueran conscientes que los días se acaban. Comentó Quetzalcóatl
~ Para lo que ha servido… Intervino Isis
 ~ Yo conozco sitios donde los días duran meses. Agregó Buda
~ ¿Entonces? Preguntó Krishna
~ Hagamos lo que hagamos no les va a parecer bien. Dijo Makemake
~ ¿Y qué propones, no hacer nada? Increpó Artemisa
~ Podemos esperar, y ver hasta dónde son capaces de llegar. Propuso Shiva
~ Se autodestruirán. Auguró Quetzalcóatl
~ Puede. Dijo Shiva. Pero eso es libertad.
~ Quiero proponer un brindis. Levantó Cristo su grial.
~ Por la libertad de esos locos Dijo
~ A imagen y semejanza. Se escuchó de fondo
~ Da mala suerte brindar con agua. Insinuó Isis mirando la copa de Mahoma
~ ¡POR LA LIBERTAD DE ESOS LOCOS! Brindaron todos


Y siguieron comiendo, bebiendo y riendo. Disfrutando de aquellos exquisitos manjares que habían preparado, sin preocuparse por lo que pudiese pasar mañana. Mañana será otro día. Aquellos dioses sabios, atractivos y justos, por suerte no eran perfectos.
Sino… ¿qué sentido tendría?


SANTIAGO DE HEVIA


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